Intervenciones conductuales y psicológicas
Para cualquier intervención de salud mental, es fundamental contar con una evaluación exhaustiva y un plan de tratamiento que establezca objetivos conductuales claros y mensurables, plazos y medidas concretas de actuación. En lo que respecta a las intervenciones psicológicas, el período óptimo suele ser de tres a seis meses, con un plazo máximo de nueve a doce meses. Algunos pacientes pueden necesitar un poco más de tiempo, y si es necesario un asesoramiento prolongado, el médico tratante debe proporcionar actualizaciones cada cuatro semanas, detallando los factores psicológicos en juego y proyectando un pronóstico funcional realista durante el tratamiento.
Cuando se trata específicamente del TEPT, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque comúnmente utilizado. La TCC incluye varios componentes terapéuticos, como la terapia cognitiva y distintos tipos de terapia de exposición. Aunque las intervenciones mente-cuerpo, cuyo objetivo es aliviar el estrés utilizando la mente para influir en el funcionamiento físico y mejorar la salud general, se utilizan a menudo junto con la TCC, se tratan por separado.
La psicoterapia centrada en el trauma hace referencia a cualquier enfoque terapéutico que emplee técnicas cognitivas, emocionales o conductuales para ayudar a las personas a procesar una experiencia traumática. En este tipo de terapia, el propio trauma ocupa un lugar central como componente crucial del proceso terapéutico global.
Terapia cognitivo-conductual (incluida la terapia de procesamiento cognitivo, el entrenamiento en ensayo con imágenes, la psicoterapia ecléctica breve, la terapia de exposición narrativa y la EMDR).
Sugerido – para abordar las necesidades de los pacientes con TEA y TEPT. Frecuencia/Cantidad/Duración – Normalmente, sesiones semanales o quincenales de 60-100 minutos cada una, que duran al menos seis semanas y pueden prolongarse hasta tres meses.
Razones para interrumpir el tratamiento: cuando se resuelven los síntomas del TEPT, si hay incumplimiento, falta de eficacia o si hay efectos adversos. El apoyo a la eficacia de las terapias cognitivo-conductuales está bien establecido.
Terapia de exposición y terapia de exposición prolongada
La terapia de exposición consiste en guiar al paciente a través de una serie de ejercicios destinados a afrontar y reorganizar los recuerdos traumáticos. Esto suele implicar dos componentes principales: 1) enfrentarse visualmente al trauma y 2) Revisitar repetidamente el recuerdo traumático. Las terapias de exposición se integran con frecuencia en la terapia cognitivo-conductual (TCC) y pueden adoptar diversas formas, como la exposición a la realidad virtual, la exposición imaginal, la exposición narrativa, la exposición in vivo a un acontecimiento traumático y la exposición a la realidad virtual (que se analizan por separado).
Un tipo específico, la Terapia de Exposición Prolongada (EP), ordena una confrontación visual deliberada y repetida con estímulos relacionados con el trauma. Se recomienda para pacientes con TEPT. Las indicaciones incluyen experimentar síntomas de TEPT que requieran una intervención terapéutica. Los beneficios potenciales abarcan una mejora de los síntomas del TEPT y una reducción de la respuesta emocional a los estímulos traumáticos, ayudando al procesamiento emocional de la experiencia traumática.
La frecuencia recomendada consiste en sesiones semanales de 90 minutos durante diez semanas, con una reevaluación cada cuatro semanas. Este enfoque ha demostrado una eficacia documentada en términos de mejora de los síntomas del TEPT y de mejora funcional general.
Terapia de exposición con realidad virtual
Sugerencia – para abordar las necesidades de los pacientes que sufren TEPT. Las indicaciones incluyen experimentar síntomas de TEPT que requieran una intervención terapéutica. La frecuencia recomendada consiste en sesiones de 90 minutos, de una a dos veces por semana durante un periodo de cinco semanas.
Se aconseja una reevaluación cada cuatro semanas, observándose una eficacia documentada en términos de mejora de los síntomas del TEPT y de mejora funcional general. Las razones para interrumpir la terapia pueden ser la resolución de los síntomas, el incumplimiento, los efectos adversos o la falta de eficacia en el tratamiento del TEPT.
Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR): Terapia de exposición y terapia cognitivo-conductual Componentes del tratamiento
Sugerencia – para abordar las necesidades de los pacientes con TEPT. El razonamiento que subyace a esta recomendación radica en el hecho de que la Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR) incorpora varias terapias, o co-intervenciones, incluidas las que han demostrado ser eficaces, como la terapia cognitivo-conductual y la terapia de exposición.