Trastornos alérgicos: Conjuntivitis Estacional, Conjuntivitis Perenne y Conjuntivitis Vernal

Se calcula que la conjuntivitis alérgica, una respuesta inflamatoria de la conjuntiva a los alérgenos, afecta aproximadamente al 40% de la población general. Abarca una gama de gravedad y cronicidad, que incluye la conjuntivitis alérgica estacional (CAE), la conjuntivitis alérgica perenne (CAP), la queratoconjuntivitis vernal (QQV) y la queratoconjuntivitis atópica (QCA). La SAC y la PAC están reconocidas como los tipos más comunes de alergias oculares, que afectan al 15-20% de la población. Aunque algunos casos de enfermedad ocular alérgica afectan principalmente a los ojos, la mayoría también afectan a las vías respiratorias superiores. En los casos más graves, a menudo se asocia el asma (consulte las directrices sobre el asma ocupacional o relacionada con el trabajo).

 

Factores de riesgo

Los antecedentes de atopia, ya sea en las vías respiratorias superiores o relacionada con el asma, aumentan el riesgo de desarrollar alergias adicionales, incluidas las relacionadas con los alérgenos del lugar de trabajo. Numerosos estudios apoyan un menor riesgo de atopia entre los individuos criados cerca de animales o en edificios (lo que se conoce como la hipótesis de la higiene), y datos recientes también indican asociaciones con la microflora. Para las personas alérgicas, una exposición elevada a alérgenos como los ácaros del polvo, el polen de los árboles y el moho supone un riesgo de exacerbación.

La conjuntivitis alérgica también puede manifestarse en respuesta a diversas exposiciones profesionales, como las que se dan en presencia de harina, y a la exposición a determinadas sustancias químicas como el timerosal o perfumes específicos. Los casos relacionados con el trabajo suelen estar relacionados con alérgenos transportados por el aire. Para más información, consulte la Guía de tratamiento médico del asma ocupacional/profesional.

 

Signos y síntomas

Los síntomas de la conjuntivitis alérgica pueden abarcar:

– Picor de ojos bilateral (prurito)
– Ojos llorosos bilaterales
– Párpados hinchados bilateralmente (edema ocular)
– Ojos eritematosos bilaterales
– Dolor ocular bilateral (no suele ser grave)
– Inflamación ocular bilateral
– Rinorrea (secreción nasal)
– Picor nasal, picor en el paladar
– Estornudos

En un entorno ocupacional, la aparición de los síntomas puede ser rápida o gradual. Por lo general, cuanto mayor es la dosis de exposición, más rápido e intenso suele ser el desarrollo de los síntomas, aunque existe una amplia gama de variaciones. Las experiencias sintomáticas posteriores suelen reflejar la frecuencia, intensidad y duración de las exposiciones. La conjuntivitis alérgica suele afectar a ambos ojos por igual, a menos que haya una introducción diferencial del alérgeno en los ojos (por ejemplo, polvo de harina frotado en un ojo).

 

Banderas rojas

Si los síntomas empeoran o persisten, como hinchazón e inflamación, puede haber una afección más grave que la conjuntivitis alérgica. Si hay una disminución de la agudeza visual, es probable que no sea de origen alérgico. Otras señales de advertencia que sugieren un problema más grave son:

– Campos visuales anormales adquiridos
– Presencia de purulencia
– Enfermedades sistémicas, en particular afecciones autoinmunes

Estos indicadores deben dar lugar a una evaluación médica adicional para identificar y abordar cualquier problema subyacente que pueda estar contribuyendo a la persistencia o el empeoramiento de los síntomas.

 

Diagnóstico

Evaluación inicial

La evaluación inicial incluye una anamnesis exhaustiva y pruebas limitadas para descartar otras posibles afecciones. La anamnesis se centra en la comprensión de los síntomas, sus patrones y los posibles alérgenos que pueden estar contribuyendo al problema. Este enfoque integral ayuda a descartar explicaciones alternativas para los síntomas observados y orienta los pasos posteriores del diagnóstico.

 

Criterios de diagnóstico

La Asociación Americana de Optometría propone criterios para diagnosticar la conjuntivitis alérgica basados en síntomas, signos y pruebas limitadas. El proceso de diagnóstico comienza con una historia clínica exhaustiva y una evaluación de los factores ambientales. Tras la evaluación inicial, suele recomendarse un estudio de alergia que incluya pruebas cutáneas y la determinación de IgE sérica específica. En algunos casos, puede realizarse una provocación conjuntival. Los indicadores de conjuntivitis alérgica incluyen un aumento de las células falciformes conjuntivales, eosinófilos frecuentes en los raspados corneales y una IgE sérica total elevada.

Las enfermedades oculares alérgicas se manifiestan típicamente como prurito (picor) bilateral episódico, ojos llorosos y eritematosos, y fotofobia. Los síntomas suelen fluctuar en función de las exposiciones, y pueden aparecer síntomas persistentes con exposiciones continuas. Para las personas con síntomas intermitentes, la identificación de un patrón de desarrollo o agravamiento de los síntomas tras las exposiciones puede ser crucial para evaluar el alérgeno o alérgenos causantes. El grado de prurito (picor) es una pista diagnóstica valiosa, aunque las enfermedades infecciosas también pueden presentarse con algo de prurito. Es posible realizar pruebas confirmatorias de atopia para alérgenos específicos (consulte las directrices sobre el asma ocupacional o relacionada con el trabajo).

En algunos casos, los pacientes con enfermedad ocular alérgica también pueden experimentar síntomas sistémicos, como asma. Es crucial evaluar a todos los pacientes con enfermedad ocular alérgica para detectar manifestaciones sistémicas, especialmente en aquellos con asma y exposiciones continuas. La exposición continuada en individuos con asma puede provocar alteraciones pulmonares progresivas que pueden llegar a ser permanentes (consulte la Guía sobre el asma ocupacional/relacionada con el trabajo). El asma ocupacional también aumenta el riesgo de un desenlace potencialmente mortal (consulte la Guía sobre el asma ocupacional/relacionada con el trabajo). El seguimiento periódico y el tratamiento adecuado son esenciales para abordar los aspectos tanto oculares como sistémicos de las afecciones alérgicas.

 

Clasificación

La clasificación consensuada de la conjuntivitis alérgica (CA) tiene en cuenta la frecuencia y gravedad de los signos y síntomas oculares. La AC suele afectar a ambos ojos y se clasifica como intermitente cuando los signos y síntomas oculares (prurito conjuntival, lagrimeo, sensación de quemazón, visión borrosa, fotofobia e hiperemia) están presentes hasta 4 días a la semana o hasta 4 días consecutivos. Se considera que la AC es persistente cuando estos signos y síntomas oculares se presentan más de 4 días por semana o más de 4 días consecutivos.

La gravedad de la AC se clasifica como leve cuando los signos y síntomas son: 1) no molesta, 2) no afectan a la visión, 3) no interfieren con las actividades de la vida diaria, y 4) no interfieran con las tareas escolares o laborales. Se considera moderada cuando se cumplen 1-3 de estas condiciones y grave cuando se cumplen todas.

 

Historia

La anamnesis del paciente implica la búsqueda tanto de respuestas positivas para identificar un probable proceso de enfermedad alérgica como de negativas pertinentes para descartar otras afecciones, incluidos otros trastornos inmunológicos. Un aspecto esencial de los antecedentes de conjuntivitis alérgica es conocer la exposición a los posibles alérgenos. Además, una exploración exhaustiva de las exposiciones ocupacionales es crucial para identificar posibles alérgenos.

El momento tanto de la aparición como del alivio de los síntomas desempeña un papel fundamental a la hora de determinar la probabilidad de que se trate de una conjuntivitis alérgica. Este enfoque integral ayuda a comprender mejor el estado del paciente y contribuye a un diagnóstico y tratamiento precisos.

Un cuestionario de antecedentes médicos es una herramienta eficaz para recopilar información crucial para evaluar la conjuntivitis alérgica. He aquí algunas preguntas clave que deben incluirse:

1. ¿Tiene antecedentes de alergias? En caso afirmativo, ¿cuáles? ¿A qué edad?
2. ¿Siente picor en los ojos (prurito)? ¿Es bilateral?
3. ¿Tienes los ojos llorosos?
4. ¿Notas los ojos rosados o rojos? ¿Es bilateral?
5. ¿Le duelen los ojos? ¿Es bilateral? ¿Cómo de grave?
6. ¿Hay inflamación ocular?
7. ¿Le gotea la nariz (rinorrea)?
8. ¿Le pica la nariz o el paladar?
9. ¿Experimenta estornudos?
10. ¿Coinciden estos síntomas con las estaciones polínicas de primavera u otoño?
11. ¿Están los síntomas asociados a actividades o exposiciones específicas en el trabajo?
12. ¿Los síntomas son perennes (todo el año)?
13. ¿Están afectados ambos ojos por igual?
14. ¿Le han diagnosticado alguna vez conjuntivitis?
15. ¿Es alérgico a ciertos animales, como los gatos?
16. ¿Tiene alguna alergia alimentaria conocida?
17. ¿Le lloran los ojos cuando se expone a ciertos perfumes o cosméticos?
18. ¿Necesita utilizar descongestionantes o antihistamínicos para controlar los estornudos, la tos y la congestión?
19. ¿Se ha visto afectada su agudeza visual?
20. ¿Es normal su visión periférica?
21. ¿Ha experimentado secreción de los ojos, como mucosidad o purulencia?
22. ¿Padece enfermedades sistémicas, especialmente afecciones autoinmunes como artritis reumatoide, lupus o síndrome de Reiter?
23. ¿Tiene glaucoma?

Estas preguntas proporcionan una visión global de los síntomas del paciente, los desencadenantes y los antecedentes médicos relevantes para ayudar a diagnosticar y tratar la conjuntivitis alérgica.

 

Examen físico

La exploración física de la conjuntivitis alérgica incluye varios componentes para evaluar y diagnosticar la afección. He aquí los aspectos clave del examen:

  1. Agudeza visual y campos visuales: Las pruebas de agudeza visual y la evaluación de los campos visuales ayudan a evaluar el impacto de la conjuntivitis alérgica en la visión.
  2. Examen con lámpara de hendidura: A menudo se realiza un examen con lámpara de hendidura para inspeccionar de cerca los ojos, los párpados y la conjuntiva. Ayuda a identificar signos como prurito conjuntival, lagrimeo, sensación de quemazón, visión borrosa, fotofobia, hiperemia y otros síntomas oculares.
  3. Tonometría: La tonometría se realiza para medir la presión intraocular, ayudando a descartar el glaucoma, una enfermedad que puede presentarse con síntomas oculares.
  4. Evaluación de articulaciones y membranas mucosas: En algunos casos, un examen más amplio puede incluir evaluaciones de articulaciones y membranas mucosas, especialmente si hay síntomas sugestivos de enfermedades autoinmunes. Esto es especialmente relevante si existen manifestaciones sistémicas.
  5. Necesidad del examen con lámpara de hendidura: Aunque el examen con lámpara de hendidura es una herramienta valiosa, puede que no sea necesario en todas las evaluaciones iniciales. En los casos leves, puede establecerse un diagnóstico preliminar y un plan de tratamiento sin ella.

Al incorporar estos elementos a la exploración física, los profesionales sanitarios pueden recopilar información exhaustiva para diagnosticar la conjuntivitis alérgica y formular un plan de tratamiento adecuado basado en la gravedad y las características de la afección.

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