Indemnización por accidente de trabajo – Pérdida de uso programada

Si ha sufrido un accidente laboral y le han informado de la necesidad de una «Pérdida programada de uso» (SLU), ¡ha venido al lugar adecuado! Es posible que pueda optar a una prestación económica conforme a las directrices de la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo.

Nuestro equipo está aquí para guiarle a través del proceso de evaluación de la SLU. Vamos a compilar y presentar un informe médico meticuloso a la Junta de Compensación de Trabajadores específicamente para «Scheduled Pérdida de Uso» en relación con su lesión. Este informe se elabora meticulosamente para ajustarse a las últimas directrices sobre incapacidad permanente, garantizando que ha alcanzado la fase de máxima mejoría médica.

Nuestro informe confirma explícitamente que su lesión laboral ha provocado una pérdida duradera de función en la parte del cuerpo afectada. Nos adherimos rigurosamente a las Directrices de Compensación de Trabajadores para determinar el deterioro, y es importante tener en cuenta que este artículo se basa en las directrices establecidas por el sistema de Compensación de Trabajadores del Estado de Nueva York.

Este compromiso de adhesión a las directrices establecidas garantiza la precisión y fiabilidad del proceso de evaluación, lo que subraya nuestra dedicación a guiarle a través de las complejidades del sistema de Indemnización por Accidentes de Trabajo.

A la hora de tomar decisiones de tratamiento, priorizamos sistemáticamente las necesidades de nuestros pacientes por encima de todo lo demás. Nuestro compromiso de mantenernos informados sobre la investigación y los avances actuales en nuestro campo es esencial para ofrecer la mejor atención posible. Permanecemos atentos a los cambios en la cobertura de los seguros y la normativa, garantizando un alto nivel de calidad asistencial a nuestros pacientes.

Si ha recibido tratamiento por nuestra parte, asumimos la responsabilidad de determinar cuándo alcanza la mejoría médica máxima (MMI). La MMI se declara una vez que concluye su tratamiento y no se prevé ninguna mejoría adicional. La incapacidad permanente se evalúa cuando persiste un deterioro duradero incluso después de alcanzar la MMI. Se trata de una fase crucial del proceso de evaluación.

 

«Pérdida programada de uso».

«Pérdida programada de uso» (SLU) es un término utilizado en el contexto de la indemnización por accidente de trabajo en Estados Unidos para referirse a la indemnización que se concede a los trabajadores que han experimentado una pérdida permanente de función o un deterioro en una parte específica del cuerpo como consecuencia de una lesión o enfermedad relacionada con el trabajo. Es una forma de prestación económica destinada a hacer frente a las consecuencias duraderas sobre la capacidad de un trabajador para utilizar una parte concreta de su cuerpo.

El proceso implica una evaluación médica para determinar el alcance de la incapacidad permanente, que suele centrarse en extremidades como brazos, piernas, manos o pies. En la evaluación se tienen en cuenta factores como la amplitud de movimiento, la fuerza y la función general de la parte del cuerpo afectada. Una vez realizada la evaluación, la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo utiliza las directrices establecidas para calcular el importe de la indemnización.

Las prestaciones de la SLU se conceden además de otras prestaciones de indemnización por accidente de trabajo, como los gastos médicos y la sustitución salarial. Reconoce el carácter permanente de la discapacidad y tiene por objeto proporcionar ayuda económica al trabajador lesionado por las consecuencias a largo plazo del accidente de trabajo.

Es importante que las personas que se enfrentan a una lesión laboral sigan los procedimientos adecuados, incluidas las evaluaciones médicas y la documentación, para asegurarse de que reciben la indemnización adecuada en virtud de las disposiciones sobre pérdida de uso programada. Las normativas y directrices específicas pueden variar de un estado a otro, por lo que es aconsejable consultar con profesionales del Derecho o de la indemnización por accidente de trabajo para navegar por el proceso con precisión.

El término «incapacidad» se emplea para describir el impacto de un accidente laboral en la capacidad de una persona para desempeñar sus funciones laborales. El grado de incapacidad lo determina un juez de la Ley de Indemnización por Accidentes de Trabajo, que se basa en las pruebas médicas disponibles y en los datos pertinentes. Estas pruebas médicas pueden ser aportadas por su médico tratante, un consultor médico de la empresa o un médico forense independiente.

Es imprescindible distinguir claramente entre discapacidad y deficiencia. En nuestro papel de proveedores médicos, tenemos la responsabilidad de emitir la determinación médica exclusiva del «deterioro». La deficiencia se define específicamente como cualquier defecto o pérdida anatómica o funcional. Para llegar a un diagnóstico preciso de la discapacidad es necesario un examen médico completo y una evaluación imparcial de la función.

Para mantener la coherencia y la precisión en la evaluación de la incapacidad de una persona derivada de una lesión o enfermedad relacionada con el trabajo, estas directrices proporcionan un enfoque normalizado. Este marco es esencial para una evaluación exhaustiva, que garantice que la discapacidad se verifica médicamente y sigue un método sistemático y fiable.

 

La incapacidad laboral y sus prestaciones:

Las prestaciones por incapacidad laboral constituyen desembolsos monetarios proporcionados a los empleados que sufren lesiones o enferman debido a circunstancias relacionadas con el trabajo. Esta cobertura va más allá de la mera compensación económica, abarcando apoyo médico, sustitución de ingresos y prestaciones por defunción para los trabajadores que reúnan los requisitos y sus familias.

Aunque varios estados obligan a las empresas a ofrecer cobertura de indemnización por accidente laboral a sus empleados, es esencial tener en cuenta que esta obligación no es de aplicación universal en todos los estados. El requisito de cobertura puede variar, ya que algunos estados no imponen este mandato a los empresarios. En los casos en que la cobertura no es obligatoria, los empleados siguen teniendo posibles vías para acceder a las prestaciones. Esto podría implicar la obtención de prestaciones a través de un seguro privado o la participación voluntaria en programas de indemnización de los trabajadores. Las normativas y opciones específicas que rigen la disponibilidad de prestaciones pueden diferir de un Estado a otro, lo que influye en el alcance y la naturaleza de la cobertura.

En cada Estado existe una Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo encargada de supervisar el programa y resolver los litigios. La aceptación de las prestaciones de compensación de los trabajadores implica que el empleado renuncia al derecho a demandar a su empresario por daños y perjuicios. Algunos programas federales, como el Longshore and Harbor Workers’ Compensation Program o el Federal Employees’ Compensation Program, pueden ampliar la cobertura a los empleados en casos específicos.

La compensación en virtud de este programa puede incluir el reembolso parcial del salario y la cobertura de los gastos médicos. Es fundamental tener en cuenta que la indemnización por accidente laboral difiere de las prestaciones por desempleo o del seguro de incapacidad. La mayoría de las empresas están obligadas a participar en programas de seguros obligatorios por el Estado. Los trabajadores pueden optar a diversas prestaciones a través de la compensación laboral, incluida la cobertura de medicamentos y salarios perdidos. Además, este programa puede apoyar el reciclaje o la rehabilitación si un empleado no puede volver a su trabajo anterior. A continuación se destacan algunas ventajas clave a tener en cuenta en este contexto:

i. Sustitución salarial: La compensación de los trabajadores sirve como fuente vital de sustitución salarial parcial para los empleados que no pueden trabajar debido a una lesión o enfermedad. La cuantía concreta puede variar según el Estado, pero normalmente los trabajadores pueden recibir hasta dos tercios de su salario habitual.

ii. Prestaciones de supervivencia y reembolso de gastos sanitarios: La compensación de los trabajadores amplía la cobertura más allá de los salarios para incluir los gastos médicos y los costes de rehabilitación. Por lo general, se reembolsa a los trabajadores una parte de las facturas médicas. En los desafortunados casos en que los empleados fallecen por lesiones o enfermedades relacionadas con el trabajo, los familiares supervivientes también pueden recibir prestaciones de indemnización por accidente laboral.

iii. Los beneficiarios renuncian al derecho a demandar: Un aspecto integral de la compensación de los trabajadores es que, a cambio de las prestaciones, los empleados renuncian a su derecho a demandar a su empleador por daños y perjuicios. Este acuerdo mutuo actúa como salvaguardia, proporcionando seguridad financiera a los trabajadores y limitando al mismo tiempo la responsabilidad potencial de los empresarios frente a demandas por negligencia.

Indemnización de los trabajadores frente a seguro de incapacidad: La principal diferencia entre el seguro de accidentes de trabajo y el seguro de invalidez radica en su carácter obligatorio y en el alcance de su cobertura. La indemnización de los trabajadores es obligatoria en la mayoría de los estados, y proporciona cobertura para los salarios perdidos y los gastos médicos. En cambio, el seguro de invalidez es opcional y sirve para sustituir una parte de los ingresos del trabajador durante su incapacidad laboral.

El seguro de invalidez suele ser una compra personal del trabajador, mientras que la indemnización por accidente laboral es una provisión del empresario. Además, las prestaciones de compensación a los trabajadores suelen ser temporales, mientras que las del seguro de incapacidad pueden prolongarse indefinidamente.

¿Cómo se determina la discapacidad? La determinación de la discapacidad es un proceso específico para cada caso, que se basa en la información médica sobre las deficiencias. Los Estados evalúan si los trabajadores lesionados tienen discapacidades permanentes que afecten a su capacidad para realizar tareas o trabajos específicos. Es importante tener en cuenta que el hecho de que una actividad importante de la vida se vea obstaculizada no constituye automáticamente una discapacidad; la persona debe demostrar sus limitaciones en comparación con las personas no discapacitadas.

Una vez que el trabajador establece su incapacidad, el siguiente paso es presentar una reclamación ante la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo del Estado. Una junta de expertos examinará la reclamación y determinará las prestaciones concedidas en función de sus conclusiones.

Formas de incapacidad según la Ley de Indemnización por Accidentes de Trabajo: La Ley de Indemnización Laboral reconoce varias categorías de incapacidad, cada una de las cuales atiende a circunstancias específicas:

  1. Incapacidad Temporal Total:
    • Se produce cuando un trabajador está temporalmente incapacitado para realizar sus tareas habituales debido a una enfermedad.
    • El trabajador puede reincorporarse al trabajo tras recuperarse en un plazo determinado.
  2. Incapacidad Permanente Total:
    • Se produce cuando una lesión impide a un empleado trabajar en su puesto de formación.
    • Las prestaciones pueden ser vitalicias o hasta la jubilación, según el Estado.
  3. Incapacidad Temporal Parcial:
    • Implica la incapacidad de un empleado para desempeñar sus responsabilidades habituales.
    • El empresario no paga el salario íntegro porque el trabajador no puede realizar todo el trabajo.
  4. Incapacidad Permanente Parcial:
    • A pesar de la posibilidad de reincorporarse al trabajo, el trabajador sufre un deterioro duradero que afecta a su capacidad laboral anterior a la lesión.

Evaluación de la incapacidad permanente: La evaluación de la incapacidad permanente se produce cuando persiste un deterioro duradero después de que un individuo alcance la mejoría médica máxima (MMI). Estas directrices se establecieron para evaluar sistemáticamente el deterioro permanente resultante de las discapacidades.

Mejora médica máxima (MMI): La determinación de la mejoría médica máxima implica un dictamen médico que indique la recuperación completa de una lesión o enfermedad relacionada con el trabajo, sin previsión de mejoría posterior. Las necesidades de tratamiento paliativo o sintomático no invalidan el IMM. Para los casos sin cirugía ni fracturas, el IMM no puede determinarse antes de 6 meses a partir de la fecha de la lesión, salvo acuerdo en contrario.

El médico supervisor evalúa meticulosamente los avances del paciente, los síntomas persistentes y los tratamientos de fisioterapia y terapia ocupacional previstos. Una vez alcanzada la mejoría médica máxima (MMI), se presenta un informe detallado a la compañía de seguros de accidentes de trabajo, lo que facilita el cálculo de las prestaciones por incapacidad parcial permanente (PPD). Para corroborar la determinación de la MMI por parte del médico tratante, puede solicitarse una evaluación médica independiente.

En nuestra calidad de médicos, asumimos la responsabilidad de evaluar diversas facetas del estado médico del paciente, incluido el nivel de deterioro y las capacidades funcionales. Esta evaluación se ciñe estrictamente a nuestro juicio profesional, y los resultados se comunican tanto al Consejo como a las partes interesadas pertinentes. Las Directrices que rigen este proceso ofrecen criterios explícitos, centrándose en conclusiones imparciales para garantizar la coherencia y fiabilidad de la evaluación.

Este enfoque integral subraya nuestro compromiso de proporcionar una evaluación exhaustiva y precisa del estado médico del paciente, abordando los niveles de deterioro y evaluando las capacidades funcionales. La transparencia y el cumplimiento de las directrices establecidas contribuyen a la fiabilidad del proceso de evaluación y sirven para orientar la determinación de las prestaciones y otras consideraciones pertinentes.

Para elaborar un informe de incapacidad permanente, seguimos los siguientes pasos:

  1. Identifique la zona o el sistema corporal afectado, haciendo referencia a las Directrices.
  2. Examinar el historial y los registros médicos pertinentes.
  3. Realice un examen físico completo.
  4. Utilice un goniómetro para medir la amplitud de movimiento activo.
  5. Evalúe los déficits comparándolos con la lectura de referencia contralateral, si procede.
  6. Informar de los diagnósticos y reconocimientos médicos relacionados con el trabajo citándolos debidamente.
  7. Atenerse a las Directrices para determinar el nivel de deterioro.
  8. Analizar el impacto sobre las capacidades funcionales y de esfuerzo de las incapacidades permanentes no programadas.
  9. Tener en cuenta los límites al calcular los valores de pérdida de uso de los horarios, garantizando el cumplimiento de las directrices.

Comprender estos procesos ayuda a garantizar valoraciones precisas, contribuyendo a la evaluación de la decisión legal de discapacidad.

Tipos de exámenes de evaluación final: Los exámenes de evaluación final responden a dos categorías de premios, que requieren la evaluación de profesionales médicos:

1. Adjudicación programada para:

  • Deterioro de las extremidades (incluida la repercusión del sistema nervioso en las extremidades)
  • Pérdida de visión
  • Pérdida de audición
  • Desfiguración facial

2. Adjudicación no programada para:

  • Clasificación como incapacidad permanente parcial
  • Clasificación como incapacidad permanente total

Estos exámenes, realizados por profesionales médicos, determinan el grado de incapacidad y su repercusión en la capacidad del trabajador lesionado para ganarse la vida. A diferencia de las indemnizaciones programadas, éstas se basan en la discapacidad global, no en un baremo fijo.

Independientemente del tipo de examen, es crucial reconocer estas evaluaciones como oportunidades de mejora continua de las habilidades y los conocimientos como profesional médico.

Para realizar estos exámenes en Nueva York, es obligatoria la aprobación de la Junta de Indemnización por Accidentes de Trabajo. Los proveedores deben estar autorizados por la Junta antes de evaluar a los pacientes en Nueva York. Las evaluaciones realizadas fuera de Nueva York deben seguir las mismas directrices, incluidos los formularios recomendados por la Cátedra. De este modo se garantiza un enfoque normalizado y exhaustivo para evaluar e informar sobre el estado de un paciente, lo que contribuye a tomar decisiones justas en materia de indemnización.

Explicación de los premios del Programa:

Una indemnización por baremo es una compensación por incapacidades físicas y funcionales duraderas, no por la lesión inicial. Para que una reclamación se salde de forma concluyente con una indemnización en función del baremo, deben cumplirse los siguientes criterios médicos:

  1. Debe existir una incapacidad permanente de una extremidad, una pérdida permanente de visión o audición o una desfiguración facial permanente, tal y como las define la ley.
  2. La deficiencia debe implicar una pérdida anatómica o funcional, como daños físicos en huesos, músculos, cartílagos, tendones, nervios, vasos sanguíneos y otros tejidos.
  3. El solicitante debe haber alcanzado la máxima mejoría médica, lo que indica el mayor progreso desde el punto de vista médico.
  4. No debe existir ningún impedimento residual en el área sistémica (por ejemplo, cabeza, cuello, espalda, etc.) antes de que una reclamación tenga derecho a un examen programado de las extremidades implicadas en el mismo accidente.

La Ley de Indemnización por Accidentes de Trabajo establece el valor de un porcentaje de pérdida o pérdida de uso de partes del cuerpo. La cuantía de la indemnización depende del grado de incapacidad y del número de semanas de curación asignadas. Las personas incapacitadas para trabajar debido a una incapacidad permanente pueden recibir prestaciones por incapacidad.

En algunos estados, las empresas están obligadas a ofrecer cobertura de indemnización a sus empleados, pero esta obligación no se aplica universalmente en todos los estados. En los estados en los que la cobertura no es obligatoria para las empresas, los empleados pueden seguir teniendo vías para recibir prestaciones. Esto puede facilitarse mediante un seguro privado o la participación voluntaria en programas de indemnización de los trabajadores. La disponibilidad de prestaciones puede variar en función de las normativas y opciones específicas de cada estado.

Para tener derecho a una indemnización por incapacidad temporal, la prueba debe establecer un vínculo directo entre la incapacidad y el accidente de trabajo. La gravedad de la discapacidad también debe dificultar la capacidad para trabajar. El objetivo de las indemnizaciones programadas es ayudar económicamente a los trabajadores lesionados que no pueden reincorporarse a su puesto de trabajo anterior o conseguir un empleo en otro sector.

Premios no escalonados (Clasificación):

Las incapacidades permanentes no cubiertas por un baremo, entre las que se incluyen las enfermedades cardíacas, pulmonares, cutáneas o cerebrales, así como determinadas incapacidades de las extremidades, se consideran indemnizaciones no incluidas en el baremo. Entre las deficiencias de las extremidades que no pueden optar a una indemnización por baremo se incluyen afecciones como problemas articulares importantes (hombros, codo, caderas, rodillas) con criterios específicos:

  1. Afecciones progresivas y dolorosas: Signos objetivos de inflamación, artritis degenerativa grave en las radiografías y mejoría mínima tras el tratamiento integral.
  2. Dolor crónico en las extremidades distales: Afecciones como el síndrome de dolor crónico en las extremidades, la atrofia de Sudeck o el síndrome de dolor regional complejo, con síntomas observables y escasa mejoría tras las modalidades de tratamiento del dolor crónico.
  3. Otras complicaciones en las extremidades: Cuestiones como la no unión ósea prolongada, la necrosis aséptica en huesos (por ejemplo, la cabeza del fémur), la inestabilidad articular grave, la enfermedad de Paget, el cáncer, la enfermedad de Caisson relacionada con las articulaciones, las ulceraciones constantes, las luxaciones articulares, los neuromas, los muñones que cicatrizan mal y las prótesis articulares fallidas.

Las indemnizaciones no incluidas en el baremo se conceden en función de la gravedad y las repercusiones de estas afecciones, lo que garantiza una indemnización justa a los trabajadores que se enfrentan a estas deficiencias más allá de las categorías estándar del baremo.

Códigos de abreviatura utilizados por la Junta de Compensación de los Trabajadores:

  • Mi: Suave
  • Mo: Moderado
  • Ma: Marcado
  • F: Déficit de flexión
  • E: Déficits de ampliación
  • DIP: articulación interfalángica distal
  • PIP: articulación interfalángica proximal
  • MCP: articulación metacarpofalángica
  • CMC: Articulación carpo-metacarpiana
  • MTP: articulación metatarsofalángica
  • SLU: Calendario de pérdida de uso
  • ANCR: Aviso de Accidente Relación Casual
  • ODNCR: Aviso de Enfermedad Profesional Relación Casual
  • Según la Ley del Estado de Nueva York: Pulgar, primer dedo (índice), segundo dedo (medio/largo), tercer dedo (anular), cuarto dedo (meñique).

Símbolos:

  • <: Menos de
  • ≤: Inferior o igual a
  • >: Mayor que
  • ≥: Mayor o igual que

Estos códigos y abreviaturas son esenciales para una documentación y comunicación precisas dentro del sistema de indemnización por accidentes de trabajo, garantizando la claridad y precisión en la descripción de diversas afecciones y parámetros médicos. Para obtener directrices específicas, se recomienda consultar el sitio web de la Junta de Indemnización por Accidentes en el Trabajo del Estado respectivo o pedir consejo a un abogado especializado en esta materia.

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